El tiempo y el espacio son, en el fondo, dos caras de la misma moneda. Por eso era tal vez inevitable y natural que, tras Cinestesia, José María Picón volviese su mirada hacia el espacio urbano, el mismo que parece desdibujarse en el vértigo que nos arrastra cada día y en la resignación del peatón, que, penitente, parece agachar la cerviz y anclar hoy sus pupilas a una pantalla de móvil, centro de gravedad creciente de una existencia caracterizada por la urgencia.
Donde la ciudad de nuestro siglo, marcado por la inmediatez y la ubicuidad, se convierte en una sucesión banal de lugares comunes, el artista decide detenerse y alzar los ojos hacia el horizonte para rescatar la diferencia que aún persiste en las distintas latitudes de este pequeño punto azul pálido que habitamos.
Los paisajes, reducidos a estampas sutiles en un nuevo ejercicio de armonía y precisión geométrica, hacen de Citicon un canto a la resistencia.
Citicon se expone en Behance. Concretamente, aquí. Y hay más información sobre José María Picón en su sitio web.